Si
hace un tiempo escribía "¿Tiene parte medible el Social Media?", en
esta entrada, lejos de teorizar, me centraré en experiencias en primera
y segunda persona donde intentaré mostrar la parte no medible del
Social Media.
Para
empezar haré un breve recorrido sobre el proceso de incorporación
en el Social Media. Al principio, cuando entras de pleno en el mundo
Social Media, vas dejando escapar muchos aspectos básicos e
importantes por desconocimiento. Una vez tu proceso de aprendizaje se
va ampliando y dispones de un mayor control del complicado y
fascinante mundo Social Media intentas aplicar todos los manuales y
todas las métricas aprendidas (Roi, engagement...) para tener un
control absoluto de tu trabajo en la red. Es ahí cuando te das
cuenta que por muy analíticos que pretendamos ser no lo podemos
controlar todo. Las redes sociales tienen un importante factor humano
que se escapa a los fríos números de las métricas Social Media o
del Social Media analytics.
Esos
factores humanos que se nos escapan, y hacen que nuestro trabajo
Social Media se dirija a una dirección o en otra, es uno de los
mayores quebraderos de cabeza de los Community Managers y en
extensión de los Social Media, incluyendo también a los distintos
departamentos involucrados, en el caso que los hubiera (comunicación,
marketing, ventas...etc)
Un
ejemplo que todos recordaremos es el éxito que tuvo dentro y fuera
de internet el famoso vídeo de un bebé (Charlie) mordiéndole los dedos a su hermano. Un hecho espontáneo e intrascendente que acaparó millones y millones de visitas y la cobertura de infinidad de medios e incluso en
informativos televisivos de máxima audiencia. En cambio, campañas
elaboradas a conciencia por profesionales invirtiendo horas y dinero, en muchos de los casos, no llegan a acaparar ni la mitad de visitas y
de repercusión mediática. Aunque los bebés, los gatitos... son un valor seguro en
internet, a muy pocos se les podría pasar por la cabeza que un vídeo
doméstico de un hecho cotidiano desbordaría todas las previsiones.
A
menor escala, un Community Manager tiene que lidiar con situaciones
parecidas en su día a día. Por ejemplo, una foto de un atardecer
obtiene 20 “retuits” y 30 “me gusta” mientras que un
contenido propio, elaborado a conciencia, destinado a una comunidad de
followers, en principio receptiva a este tipo de contenidos, tan solo
recibe 2 tristes “retuits” y 5 “me gusta”.
Después
de interactuar y observar a distintas personas que se dedican al
Social Media he encontrado dos corrientes bien diferenciadas, las
cuales las he definido de la siguiente manera:
Los
que se aferran a la ley causa y efecto. Toda
causa tiene su efecto, todo efecto tiene su causa y hay poco o nada
de margen al azar. Este perfil de Social Media
se aferra a los números y a los manuales a pies juntillas. Según
esta corriente cuando no sabemos el porqué ocurre algo es porque no
hemos encontrado el motivo que lo ha generado. Por regla general, no
mueven un dedo sin los resultados de los informes sobre la mesa. Toda
acción a llevar a cabo tiene que estar respalda por los números y
cuando los números nos dan información inesperada no cesan en su
empeño de encontrar el motivo que lo ha generado. En resumen, quieren
llevar el control absoluto de su trabajo. Esta corriente suele estar
abanderada por gente de ciencias y de números.
En la
otra corriente, opuesta a la primera, están los de “la era Acuarius”, que piensan que “la gente hace lo que le da la
gana”, por cierto, un grandísimo anuncio. Aunque en principio
parezca una corriente más anárquica, nada más lejos de la
realidad. Consideran que en el factor humano que se escapa de nuestro
control se encuentra la magia de las redes sociales y del Social
Media. En vez de verlo como un “problema”, en el caso que sea
positivo, es un factor a potenciar y a centrarse en él. Le dan más
valor a la parte social sin dejar de lado los números y consideran
que hay que generar lo que el usuario pide, en vez de imponérselo.
Usan “el efecto” para adaptarlo a “la causa”. Este tipo de
corrientes suele estar abanderada por creativos, gente de marketing y
publicidad.
En
el término medio está la virtud y posiblemente una mezcla de ambas
corrientes sea lo idóneo. Aunque personalmente piense que la
planificación, las mediciones y el análisis son fundamentales para
conseguir llegar a donde queremos. Tenemos que aprender a convivir
con “el factor humano”, con la parte social de las Redes Sociales
que se escapa de nuestro control en Social Media.
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